Bolivia: victimismo gubernamental previo al referendo

Mañana domingo 10 agosto Bolivia está llamada a una nueva consulta popular. El referendo revocatorio convocado por Evo Morales hará que la polarización en la que se encuentra sumido el país se manifieste de nuevo

Tres años lleva en poder el dirigente indigenista. Su protagonismo mediático es mucho mayor que la mejora en la calidad de vida prometida a sus compatriotas en 2005. En lugar de bienestar, ha ofrecido tensión y confrontación.

En los días previos a tan importante consulta, el ambiente social y político se ha enrarecido aún más si cabe. Huelgas de hambre, protestas de los mineros con muerte de dos ellos, así lo atestiguan.

Frente a este panorama, el ejecutivo boliviano ha practicado como respuesta el victimismo y se ha aferrado a la teoría de la conspiración. Lo que no ha habido es autocrítica. Debemos recordar que quienes han efectuado las manifestaciones han sido gremios como el de los mineros, otrora seguidores incondicionales del M.A.S.

El sector de la minería, uno de los más importantes en Bolivia, ve como su situación empeora por momentos. Percibe que el gobierno tiene sed de protagonismo y no de afrontar y solucionar los problemas domésticos. Sin embargo, Morales en su omnipotencia, todavía no ha hecho ninguna declaración entonando mea culpa…sino que la acusación fácil o el insulto, han sido su forma de proceder. Nada nuevo, por otro lado.

La Constitución indigenista que tiene en mente el dirigente aymara está destinada a tener como destinatario a unos pocos. Nos encontramos ante una propuesta de corte socialista, centralizadora, dirigista…minimizadora de la libertad individual, en definitiva.

A ello hay que unir una suerte de despotismo ilustrado practicado por el gobierno que se traduce en que él es el único capacitado para determinar lo que conviene a su sociedad, menospreciando a la oposición política, cada vez mayor y mejor organizada.

Las acusaciones de golpistas que Morales o Quintana dirigen a quienes cuestionan sus métodos políticos, es ponerse la venda antes de la herida. El peligro es que si el resultado final del domingo favorece a los intereses gubernamentales, esta conducta se puede traducir en represión de la oposición.

Fuente: eldiarioexterior.com
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