El presidente Evo Morales convocó el referéndum revocatorio de mañana confiando en que será ratificado y con la esperanza de que su realización llevara un poco de calma al país, cada vez más polarizado. Sin embargo, la tensión persistía horas antes de la jornada que decidirá la suerte del presidente, el vicepresidente y ocho de los nueve gobernadores del país. De hecho, el mandatario aymara no pudo finalizar su campaña en cinco departamentos cuyos aeropuertos fueron cerrados por el bloqueo de sus opositores, que utilizaron la misma técnica empleada por los campesinos, mineros y cocaleros desde mucho antes de llegar al poder.
Además, maestros y discapacitados de cinco departamentos están en huelga para reclamar mejores pensiones. Los mineros, también en movilización contra el Gobierno, le dieron una moratoria que finalizará a las doce de la noche del domingo.
En su multitudinario acto de cierre de campaña, la noche del jueves en la ciudad de El Alto, Morales acusó a los dirigentes opositores de ser «dictadores civiles» que emplean los mismos métodos de las dictaduras militares de los años 60 y 70 y pretenden «boicotear» la consulta popular. Mientras tanto, en Oruro, eran enterrados los dos mineros que murieron en un choque con la Policía durante una violenta protesta en demanda de una nueva ley de pensiones.
Según Morales, en este referéndum, unos cuatro millones de electores dirimirán el modelo de país que prefieren: si el nuevo estado «refundado», que prima la nacionalización de los recursos naturales para redistribuirlos lejos de las normas de mercado, o el modelo neoliberal defendido por el empresariado tradicional que primaría las privatizaciones.
Votos necesarios
El Gobierno confía en que sus rivales «sean derrotados», pero insistió en acusar a los gobernadores opositores -a quienes llama «derecha fascista y recalcitrante»- de colocar a la nación, la segunda reserva del continente en gas natural y rica en minerales, en «el umbral de un golpe de Estado». Su enemigo, la alianza Poder Democrático y Social, calificó la denuncia de «cortina de humo» y la Iglesia pidió calma.
Para permanecer en la presidencia, el líder cocalero necesita obtener el 53,7% de los votos, la misma cifra con el que ganó en 2005. Morales sólo dejará el puesto si el 'no' es superior al 50%, aunque para ganar todos ellos quedaron por debajo de ese porcentaje, apenas en torno al 30%. Sólo los regentes de Oruro y Potosí son afines a Morales. El resto de gobernadores -La Paz, Santa Cruz, Tarija, Beni, Pando- se negaron a someterse a la votación antes de la modificación. El de Cochabamba todavía se niega y la de Chuquisaca no compite porque fue elegida el pasado 19 de junio en unas elecciones aprobadas por el Estado.
Fuente: larioja.com
Ver nota:
La tensión marca la víspera del referéndum en Bolivia
El Fin del Bonosol ?
Hace 15 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario