sábado, 9 de agosto de 2008

Sin ninguna ideología ni propuesta buscan el poder

La desorientación de la gente no es tanto por sus propias dificultades o dudas, sino por la falta de propuestas ideológicas y programáticas que den algún sentido a la próxima consulta popular. El referéndum revocatorio del domingo es sólo para que las personas sigan disfrutando o dejen el poder. Semejante juego político es un lamentable retroceso a las etapas más primitivas de la historia.

Ciertamente, hemos llegado al momento más decadente de la crisis política. Como en los primeros años de la República, cuando la disputa era por el poder sin ideología, sin planes y en algunos casos sólo en la proyección de la fuerza bruta de los contendientes, hoy nos obligan a votar sin presentar nada que le dé sentido a la pugna que libran los activistas contemporáneos. Un repaso rápido de las manifestaciones retóricas de gran parte de nuestra historia política, nos haría ver que los caudillos bárbaros y semi letrados aprendían algunas frases que las repetían sin ninguna pertinencia, allá donde les tocaba hablar, así era la dimensión intelectual de los que, durante mucho tiempo, tuvieron bajo su control la suerte de este atribulado país.

Después de 183 años, en lo esencial, poco o nada ha cambiado. Es cierto que hubieron momentos estelares en esa larga historia. Lamentablemente, por un sino inexplicable, las fuerzas regresivas anularon esos brotes inteligentes y honestos. En la circularidad del atraso, lo dominante no es precisamente la lucidez ni la eficacia. Los caudillos se han sucedido casi como por efecto de una fuerza oculta opuesta al desarrollo del país.

Lo que ahora sucede tiene mucho parecido con los primeros momentos de la República, obviamente, semejante caída es preocupante, sobre todo, observando lo que sucede en el resto del mundo. Cuando la mayor parte de la humanidad proclama la importancia del conocimiento, nosotros no sólo nos conformamos, sino aplaudimos medias verdades, observaciones elementales e ideas simples, superficiales, incompletas. Mientras, aún los países medios dan alto valor agregado a los recursos naturales que poseen, nosotros lo único que podemos es vender tales riquezas en su estado primitivo.

El domingo iremos a votar en esa misma lógica antigua de la lucha por el poder. Ninguno de los que reclaman nuestro voto nos ha demostrado que tiene capacidad para resolver los grandes problemas internos y para enfrentar los desafíos externos. Cualquier análisis, medianamente exigente, de los que pretenden mantenerse en el poder daría resultados, simplemente, lamentables. Un test muy condescendiente, pondría a nuestros políticos en niveles desde donde es difícil comprender los problemas contemporáneos de la economía, de las relaciones sociales, de los procesos productivos y de otras manifestaciones de la cultura.

En todo esto, nosotros los que nos animamos a criticar, tenemos también nuestra cuota de responsabilidad, por una parte, porque nuestro aporte en la educación de la gente es poco, casi nada y por otra, porque dejamos pasar errores, desaciertos y delitos de quiénes nos gobiernan como si fueran hechos normales. Bastaría que la mayor parte de la población exija las rectificaciones correspondientes para que las próximas consultas populares sean, acerca de programas, de estudios, de propuestas dignas de una decisión nacional.

Fuente: opinion.com.bo
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