lunes, 29 de septiembre de 2008

“Evo conduce a Bolivia hacia una guerra civil”

El presidente de la Brigada Parlamentaria de Santa Cruz acusa al mandatario de Bolivia de estar comprado por Hugo Chávez

Con el objetivo de conocer el rumbo político, económico y social de los países que forman parte de la Alternativa Bolivariana para las Américas, un equipo periodístico de LA PRENSA se trasladó a Bolivia y se encontró con un país sin ley, al borde de la guerra, una disputa racial alimentada por Evo y con grandes casos de corrupción.

"Si le dan golpe de Estado a Evo mandaré a mis tropas, a sangre y fuego, a territorio boliviano".

La frase de Hugo Chávez atizó, aún más, los ánimos de un país que se encuentra al borde de una guerra civil producto del descontento que hay entre blancos e indígenas y a las dos visiones antagónicas que lo desangran.

A inicios de este mes, las prefecturas de los departamentos de Santa Cruz, Tarija, Beni, Pando y Chuquisaca, comenzaron una serie de protestas reclamando la autonomía que ganaron en las urnas y por consiguiente el manejo del dinero que genera la renta petrolera.

Además, los prefectos o gobernadores se oponen a la nueva Constitución, que pretende poner en vigencia el presidente Evo Morales, pues convertirá su gobierno en una dictadura.

Las protestas en los departamentos opositores a Evo incluyeron la toma a la fuerza de oficinas estatales y plantas y ductos petroleros por parte de los seguidores de los prefectos.

La contraparte no se hizo esperar. Campesinos e indígenas afines a Evo bloquearon las entradas a los cinco departamentos y amenazaron con ingresar armados a las principales ciudades a recuperar los edificios gubernamentales.

El pasado 11 de septiembre el conflicto llegó a su punto más crítico cuando 15 personas murieron en el departamento de Pando, durante una reyerta entre grupos autonomistas y campesinos.

Días después, Leopoldo Fernández, prefecto de Pando, fue apresado, el presidente Evo Morales decretó un estado de sitio en ese sector e inició un diálogo con los cinco prefectos para acabar con la crisis.

Culpan a Evo y…a Chávez

El presidente de la Brigada Parlamentaria Cruceña, Carlos Pablo Klinski, en charla con los enviados de LA PRENSA, explicó que el problema radica en las dos visiones de país que existen.

"Está la visión ‘chavista’, aplicada por Evo, que es la del poder absoluto, la de eternizarse en el cargo, la de someter a todos los bolivianos.

Y está la otra, que es la de la autonomía, la de desconcentrar el poder, la de solidificar la democracia, distribuir los recursos económicos de una manera más equitativa y la del desarrollo de los departamentos de acuerdo con sus bondades".

Klinski señaló que ninguna de las posiciones se ha podido imponer a la otra.

"Lamentablemente hay mucha violencia por la arremetida chavista permitida por el sometimiento del presidente Morales.

Chávez ha amenazado en tres ocasiones con invadir Bolivia, él se cree el dueño de nuestro país porque ha comprado conciencias, le ha dado mucho dinero a Evo y a la Alba, tratado que ha enriquecido a unos cuantos en vez de beneficiar al pueblo boliviano".

El diputado añadió que "Evo ha sido comprado por Chávez y tiene que rendirle cuentas por todos los millones que le ha dado, los cuales vienen como donaciones y no son tales porque la deuda externa de Bolivia se ha incrementado exactamente en proporción a las donaciones que da ese señor de Venezuela".

Guerra racial

En Bolivia muchos señalan que el conflicto es racial, pero Klinski desecha este concepto.

"Hay diferentes formas de ver la crisis. Muchos se la han adjudicado a los temas indios contra blancos, pobres contra ricos y urbano contra rural, pero no es así.

Chávez ha utilizado los medios de comunicación para poner a unos contra otros y esas heridas van a tardar en cicatrizar.

Están empleando todas las estrategias que utilizó Hitler para dominar Alemania. Por eso ha recrudecido la violencia, por eso estamos al borde del abismo y al borde de una guerra civil".

Washington Post

El influyente diario Washington Post señaló en un editorial que el presidente Morales conduce a Bolivia hacia la guerra civil o la desintegración.

"Morales intenta importar el modelo de socialismo autoritario de Hugo Chávez, lo cual ha polarizado el país en facciones geográficas étnicas y lo ha puesto en riesgo de desintegración o guerra civil. En lugar de buscar un compromiso, Morales intensificó sus esfuerzos por concentrar el poder en sus manos y por dar privilegios a las comunidades indígenas del altiplano a costa del resto del país", escribió el Post.

Siembra el odio

Oscar Bowles Rivero, analista político, se pregunta: "¿Es lícito querer imponer posiblemente a más de la mitad de los bolivianos un sistema de gobierno que a todas luces se empeña en desconocer las leyes?.

¿Acaso es recomendable poner en vigencia una ideología y un sistema de gobierno sembrando el odio entre seres humanos que tendrán que seguir viviendo y perteneciendo a una misma nación?

Al señor presidente nadie le otorgó carta blanca para cuadricular el país a su antojo y hacer que viva como si fuéramos enemigos", puntualizó Bowless".

Evo y su verdad

El presidente boliviano culpa a la "oligarquía de Santa Cruz" de imponer la crisis en el país y querer dividirlo.

"Quieren que se les dé (los prefectos) el manejo del impuesto de hidrocarburos, pero eso es imposible, no podríamos pagarles la jubilación a miles de ancianos y nos frenarían una gran cantidad de proyectos sociales", manifestó Evo.

En un mitin político liderado por Morales y funcionarios gubernamentales, sindicalistas, cocaleros y partidarios del Movimiento al Socialismo (MAS) , cuyo líder es el mandatario, se determinó realizar una marcha a La Paz el próximo 13 de octubre para presionar al Congreso para que llame a un referendo, que permitirá, si se aprueba, la reelección presidencial.

"Esta marcha es la refundación de Bolivia aprobando la nueva Constitución", dijo Morales al tiempo que se mostró "convencido de que va a ser una marcha histórica".

El mandatario terminó su discurso al grito de "patria o muerte", habitual en las intervenciones que dirige a sus bases.

El Congreso en Bolivia incluye la Cámara de Diputados, con mayoría oficialista, y el Senado, controlado por la oposición.

Los opositores en el Congreso anunciaron que no permitirán que se convoque a referendo porque rechaza de plano el proyecto constitucional.

Vuelven a postergar acuerdo de paz

El gobierno del presidente Evo Morales anunció ayer la postergación por una semana de la firma de un acuerdo que permita avanzar en un pacto de reconciliación nacional con sus opositores, mientras negocian algunos temas de discrepancia.

"Se ha decidido seguir con las mesas de negociación para avanzar y llegar a una versión ajustada modificada o precisando el alcance de las autonomías en el proyecto de Constitución (política del Estado) de tal manera que el domingo 5 de octubre pueda instalarse la mesa central", dijo el viceministro de descentralización Fabián Yaksic.

Morales y cuatro prefectos que impulsan autonomías en sus regiones se reunieron el jueves en la ciudad de Cochabamba para concretar un acuerdo que de soluciones a los pedidos de autonomía y al recorte que hizo el gobierno a un impuesto de los hidrocarburos que financiaba los presupuestos de las provincias. "No estamos seguros si el domingo (5 de octubre) se vaya a firmar el documento pero se informará a las autoridades los avances que hubo durante la semana y dependerá de eso", manifestó Yaksic.

Los cuatro puntos

Bolivia tiene nueve departamentos. Cinco apoyan la autonomía y están en contra de la reelección de Evo: éstos son Santa Cruz, Chuquisaca, Beni, El Pando y Tarija. En cuatro regiones apoyan a Evo. Éstas son La Paz, Oruro, Potosí y Cochabamba.

Los prefectos niegan que pretendan dividir en varios países a Bolivia como sucedió en Yugoslavoa o la antigua Unión Soviética. "Ésta es otra mentira de Evo a la comunidad internacional", dijo Roly Aguilera, viceprefecto de Santa Cruz.

EUA colocó a Bolivia en la lista de países que no luchan por combatir el narcotráfico, por lo cual le recortará la ayuda. Esto generará la pérdida de 40 mil empleos.

Para compensar la pérdida de la ayuda, Bolivia entablará acuerdos comerciales con Irán, China e India.
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