domingo, 7 de septiembre de 2008

Juristas ven que el Presidente está perdiendo el control de la situación

Ante un estado de descomposición los abogados hablan de las dificultades que va tener el Gobierno en volver sobre sus pasos para encaminar al país por el estado de derecho. Esta semana se dio posesión al nuevo directorio del Colegio de Abogados de Santa Cruz a la cabeza del jurista Fernando Cuéllar, con su delegado ante el Colegio Nacional de Abogados el jurista José Alejandro Durán. Para los abogados el Gobierno no ha podido frenar el desequilibrio de las posiciones radicales de sectores sociales y éstos a su vez encaminaron al Gobierno hacia una clima de malestar social con protestas radicales por todos lados.

El Presidente del Colegio de Abogados, Fernando Cuéllar, dijo que la medida que estudia el Gobierno de lanzar un estado de excepción más comúnmente conocido como Estado de Sitio no es adecuada para esta situación ni le traería buenos resultados al Gobierno.

"Un Estado de Sitio se lanza en el caso de una guerra internacional o de un estado de conmoción general en el país, vemos que en estos momentos ninguno de los casos se está dando por lo que el Gobierno sólo haría una provocación mayúscula, lanzando esa medida, no la creemos necesaria", dijo Cuéllar a El Mundo.

El directorio del Colegio de Abogados inicia su primera semana con una situación difícil en el país como las masivas protestas y los decretos que son lanzados de manera indiscriminada por el Gobierno para salir del paso ante una arremetida de la oposición y de grupos radicales.

Según el Presidente del Colegio de Abogados, la denuncia del Presidente de la República cuando mencionaba que se encontraba ante un golpe de estado civil, dijo que ese término no existe o por lo menos no se aplica en estos casos, siendo que en el país lo que hay es descontento y una sumatoria de errores del Gobierno.

Como se recordará en la semana que transcurrió se tuvo fuertes enfrentamientos en Trinidad, donde la toma de los vivientes a las instituciones del Estado derivó en una reacción de desalojo de parte de las fuerzas militares, donde se produjo el enfrentamiento con varios heridos, esto a su vez dio lugar a que los cívicos le dieran 48 horas de plazo al comandante de la Sexta División de Ejército acantonada en esa capital, y en rechazo de obedecer a esa petición, los cívicos anuncian medidas de una fuerte protesta y los miembros del Gobierno no tienen pisada a esa región.

En Pando la situación fue más caótica aún toda vez que los militares al arribar al aeropuerto fueron interceptados con municiones e implementos de sus armas de reglamento y fueron detenidos por los lugareños, conducidos hasta la sede cívica y allí recibieron una fuerte advertencia de que salgan de la zona, son situaciones que no se habían conocido hasta la fecha en ninguna de las gestiones de régimen democrático desde 1983.

Según el abogado Fernando Cuéllar, la situación está empeorando y el Gobierno está perdiendo el control del orden constitucional, lo peor de todo es que no tendría otra salida que ceder a las peticiones de las regiones, las cuales piden el retorno de sus cuentas por concepto del Impuesto Directo a los Hidrocarburos que les fueron recortados mediante un decreto del actual Gobierno.

"Al Gobierno le gusta lavarse las manos con los decretos, pero esto va a ser más incontrolable cada vez, si ahora no detiene esta crisis que va creciendo, porque puede darse la situación de que más adelante en un corto plazo ya no van a haber líderes ni cabezas de sectores que puedan deponer y controlar la situación del conflicto, porque ya se está viendo que es el pueblo que está saliendo sin ningún otro estímulo que la petición de sus recursos, estamos viendo entonces que esta es una situación muy peligrosa para el país y creo que también para la democracia".

Según Cuéllar cuando la situación desborda y los líderes pierden potestades directas sobre ciertas situaciones, se llega a la confrontación directa en las calles y no hay quién pueda controlarla ni la Policía, ni el Ejército van a poder controlarla, porque resulta que la gente en la masa se mueven ya en un sentido casi automático, porque con la presión externa del mismo ambiente ya no escuchan razones y pierden hasta potestad los medios de comunicación, ni la Policía, ni el Ejército pueden hacer retroceder por la vía pacífica movilizaciones de ese tipo. Asegura también que ese estado de situaciones está muy cerca de darse por lo que llama a los responsables de controlar la crisis social a realizar esfuerzos mayores a los que ya han realizado para controlarlos.
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