El unico responsable de las muertes y de la violencia en Bolivia es Hugo Chavez, quien interfiere descaradamente en los asuntos internos de ese pais, promoviendo un modelo castro-comunista, contrario al interes de los bolivianos.
La expulsión del Embajador de los Estados Unidos en Bolivia, Philip Goldberg, es una farsa, una cortina de humo, diseñada para encubrir la flagrante intromisión de Chávez en la política interna de los bolivianos.
Las Fuerzas Armadas Bolivianas son las únicas que pueden evitar una guerra civil, emplazando a Evo Morales, para que deje de seguir órdenes del teniente coronel golpista venezolano.
Si Morales en verdad quiere pacificar el país, debe romper relaciones con el gobierno de Chávez y expulsar a sus agentes de Bolivia, desvincularse del Foro de Sao Paulo, abandonar definitivamente el proyecto de la nueva constitución y reconocer públicamente los estatutos autonómicos de los departamentos. De lo contrario, Morales debe renunciar, en aras de la paz y la estabilidad de Bolivia.
Las Fuerzas Armadas Bolivianas deben hacer caso omiso a las amenazas de Chávez, de enviar tropas a su país, para defender al gobierno de Evo Morales; se trata de una bravuconada. Los militares venezolanos no se entrometerán en Bolivia, ni derramarán inútilmente su sangre en otra nación.
Sin embargo, los militares y los dirigentes políticos bolivianos deben estar muy atentos no solamente con las jugadas políticas de Chávez, sino con las de Lula, Cristina Kirchner, Michelle Bachelet, Tabaré Vásquez, Fernando Lugo, Rafael Correa y Daniel Ortega. Ninguno de ellos actuará como presidente de su respectiva nación, sino como integrante del Foro de Sao Paulo, defendiendo a su compañero de partido.
Lo mismo puede decirse de José Miguel Insulza, quien no actuará como Secretario General de la OEA, sino como candidato presidencial del Partido Socialista de Chile, organización que también pertenece al Foro de Sao Paulo.
Chávez está incendiando el continente, exportando un proyecto que ya fracasó en la Unión Soviética y en Europa Oriental. Ahora quiere reeditar la Guerra Fría, abriéndole la puerta a los rusos, para que envíen tropas al Caribe. Espero que las Fuerzas Armadas Bolivianas no permitan que su país se embarque en semejante locura, que sólo puede traerles más muertes y más violencia.
Por Alejandro Peña Esclusa
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Chapare, un reino de sangre y cocaina
Hace 4 días
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