A los indolentes que están acostumbrados a minimizar los hechos y hablar de un "puñado de oligarcas", la situación se les va de las manos. Los últimos sucesos de violencia registrados en Santa Cruz, demuestran la grave crisis que está atravesando Bolivia. A los oficialistas cada vez les resulta más difícil explicar por qué se producen enfrentamientos más contundentes y por qué cada día hay más gente protestando en nuestro país.
Los discursos donde por una parte se llama a la pacificación pero en los hechos se convoca al enfrentamiento hoy comienzan a dar sus frutos. La violencia que estamos viviendo es consecuencia del razonamiento simplista "le meto nomás" olvidando que toda causa tiene un efecto. "Meterle nomás" es una frase que connota abuso, arbitrariedad, falta de respeto.
Está claro que lo que sucede actualmente en Bolivia es un reflejo de lo que se ha venido sembrando. Hoy el gobierno denuncia que se tomaron instituciones en Santa Cruz (que quede claro es un hecho totalmente censurable), sin embargo, cuando en el pasado sucedió algo similar y fueron los movimientos sociales los que cometían estos hechos, quemando, saqueando, o tirando computadora por las ventanas, ¿qué explicación se daba? Se decía que era en defensa de la democracia. Cuando durante años fuimos víctimas de los bloqueos protagonizados por sectores del actual gobierno, ¿qué decían? Que el pueblo tenía derecho a expresarse. Cuando anteriores gobiernos sacaban a los militares para enfrentar grupos radicales, ¿como respondían los masistas? ¡Militares represores vayan a cuidar fronteras!
Las vueltas que da la vida, hoy el gobierno está tomando un poco de su propia "medicina". Seguramente esta lección contribuirá para que entienda que la demagogia es un recurso fácil pero peligroso. Ésta es una lección de vida que debería hacernos reflexionar a todos, y que nos enseña que es necesario pregonar con ejemplo.
Hoy el gobierno habrá comprendido que "meterle nomás" es el peor error que puede cometer. No se gobierna imponiendo, con la actual experiencia entenderá que es imprescindible negociar, es decir, dar y recibir. Esos discursos oficialistas, confrontadores deben ser evitados, pues mientras se sostenga que no se mueve ni un punto ni una coma de la Constitución masista, difícilmente podrá haber un acercamiento con sus oponentes.
Para lograr impulsar el diálogo, es necesario dejar de justificar hechos violentos protagonizados por los denominados movimientos sociales. Si el gobierno considera que la toma de instituciones en Santa Cruz es un hecho delincuencial, también debería serlo el robo y expulsión de instituciones como Usaid, o el cerco que pretenden llevar a cabo con Santa Cruz.
La única forma de que todos podamos salir de este grave problema es reconocer y respetar las diferentes visiones de país que existen. Aceptar que los disconformes no son sólo un puñado de oligarcas, ya no se puede tapar el sol con un dedo, estamos hablando de una importante cantidad de gente que se cansó de la indiferencia y arbitrariedad.
Los asesores de gobierno deben reconocer que se ha hecho poco o nada para mejorar la economía de nuestro país, y ni qué decir en materia de salud o educación, porque lamentablemente se han concentrado en demostrar su poder, dejando olvidada a la gente que produce, que aporta, que paga impuestos y que hace país. Por si fuera poco se debilitan las relaciones con países como Estados Unidos poniendo en serio riesgo acuerdos importantes como el ATPDEA.
El verdadero enemigo del gobierno no son los oligarcas, ni imperialistas, sino su intención de "meterle no más"…
Por: Claudia Soriano
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