domingo, 7 de septiembre de 2008

Entre la tiranía y la libertad

Quien hace la ley sabe mejor que nadie cómo debe aplicarse; por eso, no hay nada más peligroso que la influencia foránea en la redacción de una Constitución. Es algo mucho más grave que la influencia privada en la elaboración de leyes y normas.

La primera acción del plan ejecutado por el Movimiento Al Socialismo fue desmantelar la institucionalidad del país y con ello provocar la ruptura constitucional del Estado de derecho, cerrando y acorralando a tres instituciones fundamentales para la democracia: el Tribunal Constitucional, la Contraloría General de la República y el Ministerio Público.

Seguidamente, el Presidente se enfrenta a la Iglesia católica y los medios de comunicación, instituciones que sustentan de manera espiritual y transparente la vida pública de un Estado.
Las agresiones a la Iglesia y la prensa por parte del Presidente, sin motivo y prueba alguna, constituyen una de las conductas más reprochables de la naturaleza humana que puede tener el primer mandatario. Es importante que el pueblo sepa cuál es el verdadero propósito.

El proyecto de Constitución del MAS no contempla los conceptos de República y de nación (véase el art. 1) por dos razones: primero, la República, que proviene del latín 'res publica', es contraria a la monarquía y descarta la relación con los dioses. Segundo, la nación hace referencia a la identidad política y cultural; es decir, hay un desconocimiento ex profeso de nuestro mestizaje.

En la República, los asuntos públicos se administran bajo las reglas de la democracia, respetando las libertades individuales, el Estado de derecho y la división de poderes. Con estas características de Estado existen mínimas posibilidades de abusar del poder.

Ésta es la razón por la cual el MAS excluye los conceptos de República y nación en su proyecto de Constitución: pretende convertir al Gobierno Nacional en una monarquía y a Evo su rey.
Los reyes quieren ser absolutos y su primer interés es que el hombre sea débil y miserable para que no pueda nunca resistirle. Ésta es la conducta del presidente Morales frente a sus movimientos sociales y que hoy pretende trasladar a todo el pueblo boliviano.

El proyecto de Constitución del MAS proviene de un acto ilegal y nulo por dos motivos: porque quien lo realiza no está en su razón y porque la fuerza no constituye derechos. Nadie está obligado a obedecer si no sólo a los poderes legítimos.

Santa Cruz ha luchado por su libertad, renunciar a esa libertad es renunciar a la cualidad de hombres y a los derechos de humanidad. El proyecto de Constitución del MAS constituye el fin de la historia de la República, instaura una tiranía y somete los poderes públicos a los designios de la monarquía, enajenando la libertad individual.

Aun cuando un ciudadano pudiera enajenar su libertad, no puede enajenar la de sus hijos porque ellos nacen libres. Santa Cruz 'no' debe permitir que el proyecto de Constitución del MAS, bañado con sangre de bolivianos y aprobado bajo la fuerza de la ilegalidad, sea puesto en consideración mediante referéndum.

Ya planteamos y aprobamos las autonomías como modelo de administración pública, ahora debemos plantear qué modelo de Estado queremos y cuál será nuestra relación con dicho Estado.
La paz y la unidad del país pasan por la realización de un proceso constituyente, previo diálogo nacional y regional, para concertar y elaborar una nueva Constitución que sea de todos y para todos los bolivianos.
Por Carlos Pablo Klinsky Fernández
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