lunes, 15 de septiembre de 2008

Turba de jóvenes afines al MAS siembra miedo en el Plan 3.000

Hace cerca de una semana que los habitantes de la zona Plan Tres Mil, en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, viven en constante zozobra debido a la amenaza de los integrantes de la Unión Juvenil Cruceñista de ingresar de forma violenta a esta zona, considerada como el bastión masista en la capital oriental.

Cada noche, grupos de jóvenes afines al MAS instalan vigilias en las avenidas principales, recorren en turbas las calles armados con palos y petardos y causan destrozos en propiedades privadas y públicas. A causa de estas acciones violentas, una mujer gestante perdió a su bebé.
Desde el martes pasado los unionistas han intentado en varias ocasiones ingresar hasta el Plan Tres Mil, amenazando con quemar el mercado central. El viernes se registraron los enfrentamientos más graves. Del encuentro entre los dos bandos resultaron heridos cuatro unionistas y por lo menos dos masistas. Pero también fueron afectadas personas que no participaban de los enfrentamientos.

Una de las víctimas fue Cristina Tapia Gómez, quien sufrió una caída al tratar de escapar de la turba masista que ingresó al local de comidas que tiene su madre. Debido al accidente, la muchacha de 19 años perdió al bebé de ocho meses que llevaba en el vientre, además de quedar estéril de por vida.

"Estaba ayudando a mi madre, que preparaba la comida del día siguiente. De repente ingresaron los jóvenes. Intentamos escapar y fue entonces que tropecé. Se llevaron todo y rompieron lo que encontraron a su paso", narró Cristina, quien se encuentra internada en el hospital Japonés.
Los doctores del nosocomio intentaron salvar al bebé infructuosamente. Al final, se vieron obligados a extraer la matriz de Tapia para poder salvarle la vida.

No fue la única damnificada por el hecho de violencia. Vera Hernández, quien también se hallaba en el restaurante, cayó desde el techo del local mientras intentaba huir de la turba. Ahora se encuentra interna en el hospital de la Villa 1 de Mayo, según informaron los vecinos.

Entretanto, la madrugada de ayer, los jóvenes afines al MAS llegaron hasta el domicilio de Jorge Villagómez, presidente de los unionistas del barrio de Toro Toro. Una vez allí lanzaron botellas cargadas de gasolina e incendiaron parte de la vivienda, donde no se encontraba Villagómez, pero sí el resto de su familia. Después los agresores aprovecharon para saquear el lugar.

“He tenido que escapar con mis hijos. Estoy refugiada en otra casa porque tengo miedo. No sé donde está mi marido, se ha declarado en la clandestinidad”, aseguró María Lourdes Álvarez, esposa de Villagómez.

"Parece que estamos viviendo en un estado de sitio. No podemos salir por las noches, porque están en grupos custodiando las calles", expresó por su parte Mario Segura, presidente de los vecinos del barrio de Toro Toro. Segura recordó, además, que las oficinas de la telefónica Cotas también fueron atacadas.

A pesar de estos hechos, durante el día, las actividades comerciales son normales.
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