El último pacto entre la oposición y el oficialismo que viabilizó en el Congreso la Ley de convocatoria al Referendum por Constitución, ha dado lugar a la emergencia de varias líneas discursivas: Una que muestra la oficialización de un sector importante de oposición encabezada por Samuel Doria Medina y Tuto Quiroga, y un sector del MNR, quienes finalmente han develado que colaboran con el proceso de Evo Morales.
No es que los Jefes de estas tiendas políticas hayan realizado sólo una negociación, sino que cada uno a su manera, ha declarado que defenderá el proyecto constitucional del Mas, a través de campañas pedagógicas o proselitistas, lo cual nos da ya la dimensión de la alianza que el gobierno ha logrado con los que desde ahora conformarán la ‘oposición democrática’.
Lo más interesante es que de estas alianzas se desprenden las líneas discursivas que manejarán estos frentes a fin de captar una proporción del electorado. En el caso de UN, el diputado Colanzi es quien delineo una postura desde el momento de la justificación de su voto en el Congreso. Allí planteo a la alianza como: ‘el milagro de octubre’ y definió que ‘el milagro’ ha sido un parto difícil que fue concebido por un ‘espermatozoide del Oriente que preñó a Bolivia’ y al que el Congreso le puso ‘el vientre’; palabras que deben ser analizadas también en su simbología inconsciente, sin olvidar que el Jefe de su partido se decidió a seguir como fiel exponente de la política occido-centralista, sin entender la magnitud de los cambios que se plantean desde el Oriente de Bolivia, que no maduraron talvez en términos políticos, pero que sobre todo no ha encontrado liderazgos preclaros, firmes, definidos, para que como el junco se flexibilicen pero no se quiebren.
Tuto Quiroga, ha hecho lo propio, volviendo al esquema del ala protectora de quienes tienen hoy el ‘gran poder’ como un ente monolítico, revuelto de estatismo y sin entender el verdadero espíritu de un proyecto democratizador y civilizatorio de la política salvaje que venimos practicando, más a la izquierda o a la derecha, pero bárbara al fin.
Por esa incapacidad, Tuto perdió la posibilidad de liderar un fuerte sector del Oriente, del que en mi opinión se puede salvar el bloque que se está desprendiendo de él y que debería cortar el cordón, para no cargar con el hedor de los negocitos, que tarde o temprano trascenderá. También cabe puntualizar que el Tutatutá político en el Oriente, abarca y amenaza a otros actores entre los que se encuentran prefectos que han tenido un permanente vínculo, no explícito, pero con decisiones vinculadas con el jefe de Podemos y sus políticas de cara a la negociada ‘democratización de la oposición’.
También ha reaparecido la figura del ex presidente sitiado, Carlos Mesa, quien viene con las pilas puestas, con toda una maquinaria funcionando, que incluye una fundación con observatorio de prensa incluida, defensoría del pueblo, relaciones para viabilizar pactos, auspiciadas por la ONU y OEA, e incluso algunos vínculos con prefecturas que deben estar en el momento de las definiciones políticas para dar el salto definitivo sobre el nuevo tablero. Esta propuesta pretende canalizar a todos los que quieren mostrarse con una cierta equidistancia de la izquierda y derecha ‘radical’, y ha estado trabajando para acuñar un ‘ justo medio’, para operar de báscula en la balanza y para llamar ‘radicales’ a los que están de cualquiera de las definiciones del Mas o el Menos.
Esta línea ‘tibia’ les vendrá de perilla a los que aspiran ponerse en el ‘amarillo’, ni rojos rojitos, ni verdes verditos, amarillitos.
Dadas estas condiciones, podemos advertir que ninguna de las líneas discursivas que se han posicionado hasta el presente considera al Oriente en su verdor y floración. Todas están queriendo apresurar el proceso para que envejezca rápido el autonomismo, para que tenga un quemón sin que esto trascienda a más. Pretenden capitalizar los votos hacia los proyectos y la línea país centro-izquierdosa o derechosa-pero estaticocentrista y mamadora del Estado, entre otros viejos vicios, aspirando a reducir el modelo autonomista a una postal del cabildo del millón en el álbum de los recuerdos y los libros de la historia que tienen ya confabuladores contratados.
El proyecto del Oriente, no lo tiene que liderar necesariamente un ‘camba’ de nacimiento, porque algunos de estos han resultado con un alma centralista, como tantos que ya hemos visto y acabamos de confirmar que nacieron en Santa Cruz, pero tienen la cabeza centralizada.
El proyecto de país desde el Oriente y para Bolivia, será de quien lo aquilate, lo encarne, lo defienda y lo exija como valuarte de respeto y armonía, para que salgamos del Olañetismo que también lo practican con creces, genuflexiones y Avemarías muchos cambas que se creen y se dicen de pura cepa.
Dejemos de mentirnos. Hay que tener valor, convicciones firmes y sobre todo agallas para cambiar los ejes discursivos y por ende políticos.
Este sería el verdadero y único milagro que puede alumbrar este octubre todavía en tinieblas.
Autor: Centa Reck
Fuente
Chapare, un reino de sangre y cocaina
Hace 5 horas
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