viernes, 24 de octubre de 2008

Nueva Constitución: Léala antes de que la cambien...

Si usted leyó la versión del texto constitucional iniciado en Sucre por la Asamblea Constituyente, la versión "final" de Oruro, y las diversas versiones modificadas y remodificadas por el gobierno revolucionario de Evo Morales, perdió su tiempo.

Nuestros queridos políticos, fungiendo de asambleístas la volvieron a cambiar. Todo para asegurarse un perfil retrospectivo histórico. Un pequeño papel en la historia de traiciones de la república que ya no será más. Ni los "chicos malos" eran tan malos ni los "chicos buenos" eran tan buenos. Los que mataron a 3 personas en Sucre y gritaron a los cuatro vientos que no cambiarían ni una sola coma, sí cambiaron más de 100 artículos para despecho de sus bases. Sí negociaron con la "derecha", sí transaron su revolución. Y los que juraban que Evo era el pupilo de Chávez, que había convertido a Bolivia en satélite bolivariano, y que aquella nueva constitución no era más que una copia fiel de la del Idi Amin venezolano, sí le dieron su respaldo.

Por eso es que ahora usted ve a Tuto Quiroga, el seudo opositor, apareciendo en la televisión después de mucho tiempo, sonriendo en televisión después de mucho tiempo, contento de haber fracturado la oposición, contento de haber dejado al lado del camino, momentáneamente, a quienes asumieron el verdadero papel opositor, que él dejó vacante por ineficiencia.

Por eso es que usted vio en televisión al duro cocalero presidente llorar ante las cámaras, quizás de alegría pero más probablemente para manipular a sus bases a las que tiene que explicar porqué botó al papelero su constitución original y originaria y cómo es que le mintió a ellos y al país haciendo una constitución exageradamente fuerte "para negociar", según sus propias palabras.

Por eso es que también pudo escuchar al vice Alvaro Linera, desalmado terrorista que "aprendió a amar y a matar" con los ponchos rojos, como se le quebró la voz al anunciar la aprobación emitida por el cercongreso nacional.

Muchos festejos, mucha alegría, mientras el pueblo boliviano, oficialistas y opositores, han sido una vez más tracionados por sus representantes. Traicionados por la sucia politiquería que quisimos dejar atrás en el 2005, y que en estos días ha mostrado que no estaba muerta, andaba de parranda, volviendo con la más desenfrenada furia con la que castiga al elector, al ciudadano de a pie, dándole desesperanza y un horrible sentimiento de orfandad.

Aquí no ha ganado nadie, hemos perdido todos. Hemos perdido la fe en todos los políticos. Hemos perdido la fe en el sistema corrompido con mesas paralelas. Con negociaciones ocultas. Con parlamentarios vendidos al mejor postor. Aquí hemos perdido el voto. Aquí el pueblo no es nada.

Nueva constitución en texto
Nueva constitución en audio

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