miércoles, 27 de agosto de 2008

El pecado de reunirse con el embajador

No hay dudas, el gobierno le tiene terror al embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg. Esto queda claro ante la sobredimensionada reacción del oficialismo y sus medios de comunicación por el encuentro entre el diplomático y Rubén Costas, gobernador de Santa Cruz. "Reunión secreta" titulaba un medio internacional, dejando entrever una posible confabulación. Lo cierto es que la reunión era tan "secreta" que las previas del encuentro fueron transmitidas en vivo! por noticieros televisivos cruceños obviamente avisados por los interesados. Mientras personeros oficialistas se jalaban los cabellos (al parecer la inteligencia del gobierno no se enteró del encuentro hasta que fue informado por la tv) el propio canciller convocó al embajador con carácter urgente para que "dé explicaciones". Luego se lanzaron varias advertencias, como que el embajador debe pedir permiso, avisar, o mejor aún que evite reunirse con opositores, que tenga cuidado...

Por lo visto un diplomático no puede reunirse con una autoridad regional. Seguro pronto sacarán algún decreto para evitar este tipo de encuentros. Cuando Evo Morales se reunió con Thomas Shannon, subsecretario de Estado de Asuntos Hemisféricos de los EEUU nadie dijo nada, no hubo acusaciones de conspiración. Por otro lado, Evo Morales se reúne, con exagerada frecuencia, con su mentor Hugo Chávez, el mismo que prometió "un Vietnan para Santa Cruz". Podríamos decir que el presidente "conspira" al reunirse con quien, desde el exterior, amenaza con violencia contra una parte de la población boliviana? Acaso es posible pensar que el gobernador y el embajador se reunirían para "conspirar" contra el gobierno en un encuentro público?

En realidad, y como no podría ser de otra manera, se reunieron para coordinar temas de cooperación entre el país del norte y Bolivia.

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