Linchamientos
La localidad de Sacabamba en el valle alto, parece haberse convertido en tierra de nadie. Por segundo día consecutivo los furibundos pobladores impidieron el ingreso de los efectivos de la Policía, que pretendían rescatar los cuerpos de los tres jóvenes linchados el miércoles. Además, los pobladores intentaron hacer lo mismo con los padres de uno de los ajusticiados, a quienes propinaron una golpiza y expulsaron de la comunidad.
Jorge Flores Velarde (22), Daniel Moisés Quispe (25) y David Alanes Franciscano (16) son las identidades de las tres personas que fueron linchadas el miércoles entre las 11:00 y las 14:00, supuestamente por haber sido sorprendidos robando unos peroles chicheros de cobre.
La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) aún espera que los miembros de la comunidad de Chacuyo y de otras poblaciones vecinas depongan la vigilancia que instalaron en las cercanías del cementerio de Sacabamba y se tranquilicen para poder intervenir. La estrategia es intentar tomar contacto con alguna autoridad comunal que medie en este cometido.
Declaraciones preliminares de algunos pobladores a la Policía confirmaron que fueron tres los jóvenes ajusticiados, quienes el miércoles en la madrugada fueron sacados a la fuerza de la casa de Modesto Flores, padre de Jorge, en la localidad de Chacuyo, y trasladados hasta Sacabamba a la altura del cementerio.
Una vez allí, los comunarios, en su mayoría bajo la influencia del alcohol, los acosaron y golpearon con piedras y palos. Horas más tarde, cuando percibieron la presencia policial, se apuraron en consumar su delito, dando picotazos en las cabezas de los implicados para luego encajarlos en una fosa vieja del cementerio.
"Mi mamá vio todo, primero metieron a mi hermano, después al de 16 años y encima al de 28. En uno solo (una sola fosa) los han encerrado. El gordito aún respiraba", señaló Marisol Flores, hermana del difunto.
Echados de su tierra
Los padres de Jorge Flores también se salvaron de ser linchados gracias a que escaparon y fueron rescatados cerca de las 7:00 del jueves de la cordillera Kekoma, por la Policía, que hasta ayer sólo podía acercarse al lugar a una prudente distancia, para evitar enfrentamientos.
Con la cara destrozada, y casi sin poder caminar, Modesto Flores Flores, de 60 años, y su esposa Severina Velarde, de 56, también con la señal de los golpes en la cara, prestaron declaraciones en la Felcc de Punata.
Declararon que durante la madrugada del jueves fueron obligados a salir de su casa, arrastrados y golpeados, pero lograron escapar con la ayuda de su hija. Aunque no tienen que ver con el hecho que motivó esta masacre, la comunidad ya no los dejará retornar a su comunidad, donde han vivido siempre, con sus animales y su producción agrícola.
Modesto Flores era el corregidor de Chacuyo y, según algunas versiones, los comunarios de esa población, además de los de Pumapunku, Matarani y Sacabamba, al percatarse del supuesto robo de peroles, acudieron primero a él para exigirle hacer justicia con los implicados, pero éste pidió que primero se investigue antes de tomar cualquier decisión, pedido que fue ignorado y se procedió con el linchamiento.
Ya van 16 ajusticiados
El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) de Punata, José Camacho, unidad que atiende todos los delitos del valle alto, dijo que la Policía no podrá intervenir la localidad de Sacabamba, donde los miembros de las comunidades lincharon a tres hombres, sin el consentimiento de sus autoridades.
"Aunque hubiesen habido 100 efectivos más, yo creo que era una utopía querer incursionar porque los comunarios son terribles, están obsesionados, han tumbado eucaliptos en la carretera y nos han intentado cercar", señaló el jefe policial.
Al llamado de radiopatrullas 110, su unidad desplazó el personal correspondiente, alrededor de unos 20 efectivos, a la localidad de Sacabamba, donde se había congregado una multitud de 500 a 600 personas.
Ayer en la mañana cuando se intentó nuevamente intervenir, con más efectivos, la multitud era más numerosa, alrededor de mil enardecidos comunarios, lo cual imposibilitó que se haga el levantamiento legal de los cadáveres.
Ya son 16 las personas linchadas en lo que va 2008, mientras que se evitaron otros ocho linchamientos, según confirmó la Felcc de Cochabamba.
Para el director de esa unidad, Elvio Sánchez, éste ya no es un tema que competa exclusivamente a la Policía, sino que va mucho más allá.
Fuente: lostiempos.com
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