Analistas vatician enfrentamientos si fracasa el diálogo

Los analistas prevén que si no se firman los acuerdos, los próximos escenarios serán el Congreso y las calles.

El rebrote de la violencia en el país es el siguiente escenario que vislumbran al menos dos analistas políticos si el diálogo entre el Gobierno y los prefectos de la “media luna” fracasa, aunque otros dos expertos señalan que el debate se trasladará al Congreso, donde se podría viabilizar las convocatorias a referendos aprobatorio y dirimitorio de la nueva Constitución Política del Estado.

Los avances en las mesas técnicas que funcionaron hasta el miércoles son bases suficientes para la rúbrica de un documento final con los prefectos opositores, según el ministro de Desarrollo Rural y constituyente del Movimiento Al Socialismo (MAS), Carlos Romero; sin embargo, para las autoridades departamentales es imprescindible revisar otros asuntos de la nueva Constitución antes de firmar un convenio.

Ese propósito abrió la posibilidad de que el MAS, que se negó a modificar otros ejes del texto constitucional, acelere el proceso constituyente que tiene como meta final la aprobación y puesta en vigencia de la nueva Carta Magna aprobada en la ciudad de Oruro, el 9 de diciembre.

Sin embargo, los analistas prevén una resistencia de las regiones que buscan la autonomía departamental y rechazan el proyecto constitucional.

El Congreso, no obstante, se perfila como el escenario decisivo donde el Ejecutivo trasladará la demanda por la aprobación del nuevo texto constitucional con la presión de los movimientos sociales.

El analista político Carlos Cordero estima que el cerco campesino “obligará (a los parlamentarios) a firmar la convocatoria, lo que traerá nuevas confrontaciones”. Coincide con él la historiadora cruceña Paula Peña, quien dice que el Gobierno mantendrá su ofensiva hasta “imponerles a los demás su visión de país, es decir, su proyecto de Constitución Política”.

Ambos expertos coinciden en que el diálogo nunca se instaló como tal, sino que fue un “show comunicacional montado por el Gobierno para reflejar una imagen democrática a las delegaciones internacionales”. La conclusión deviene de las acciones del Ejecutivo que a la par de las negociaciones apoyó el inicio de la presión al Parlamento.

En ese marco, el próximo escenario podría desarrollarse en los meses previos a las consultas por la Carta Magna, pero ese día habrá resistencia a través del boicot a las urnas.

En cambio, el politólogo Róger Cortés cree que el papel que puede desempeñar el Congreso no necesariamente deberá estar condicionado por los movimientos sociales, sino que el Legislativo, e incluso la Asamblea Constituyente, puede constituirse en espacio de apertura a los diversos sectores que también tienen puntos para agendar. “Este diálogo ha demostrado que es falso, que lo único que se debe discutir en el país es la autonomía, siendo que se ha configurado todo un nuevo Estado con el proyecto de nueva Constitución. Ahora es impensable no hablar de la reforma global del Estado.”

Cordero y Peña se adscriben a la insatisfacción por la agenda cerrada con la que se trabajó en Cochabamba. Cordero apuntó como ejemplo que la Iglesia tiene serias preocupaciones por cómo se maneja el asunto de la familia en el proyecto de Carta Magna.

Cortés criticó además que la esfera de decisiones políticas se haya restringido al Ejecutivo y a los prefectos opositores. Algo que, según él, fue producto de la voluntad sobre el que se configuró el diálogo debido a la complicada situación que atravesaba el país los meses previos. El Ejecutivo ha asegurado en repetidas ocasiones que se aprobará la nueva Constitución “sí o sí”. El politólogo cochabambino Fernando Mayorga es más cauto a la hora de proyectar los escenarios que se desprendan de lo que pase mañana en Cochabamba. Reconoce que se ha llegado a un momento en el que deben surgir las decisiones políticas de parte del Presidente y de los tres prefectos opositores.

“No se descarta una salida concertada, puesto que nadie ha abandonado el diálogo”. Mayorga apunta los avances logrados en el diálogo como un punto de encuentro.
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