miércoles, 8 de octubre de 2008

Engañosa tranquilidad en Bolivia

(Gregorio Cristóbal Carle).-A pesar del moderado optimismo nacido del reciente proceso negociador, y la vuelta a una aparente y momentánea calma , uno tiene la nítida sensación de que algo hediondo se esconde bajo el trivial andamiaje construido por la revolución Morales, amparada en el ingenuo y patético lema de “Bolivia cambia, Evo cumple”.

Todo parece opuesto al sentido común. El presidente, convertido en una especie de mártir de caricatura indigenista, ha urdido alevosamente las líneas maestras para construir y cimentar el gigantesco muro de la discordia y la fractura socio-regional entre sus conciudadanos….¿y el gobierno? el gobierno de Bolivia se ha limitado a contemplar la situación de violencia y agitación con una preocupante mueca de indiferencia, reclamando a los movimientos sociales y campesinos una nueva demostración de fuerza de su músculo revolucionario

Respondiendo a un plan perfectamente elaborado el Sr. Morales ha logrado completar una burda e ingenua escenificación del respeto a la democracia, plasmada en un nuevo y reiterativo encuentro dialogante entre las partes enfrentadas de forma irreconciliable -ya se pierde la cuenta de tanta vergonzante conversación-. Un disfraz que ni siquiera ha podido despertar las expectativas de vuelta a la normalidad porque el Presidente, mal asesorado y sumido en su intransigente ego, ha estimulado la demagogia y la mentira para hacer partícipe a la comunidad internacional de su presunta fidelidad a los principios y valores respetados por las naciones pertenecientes al denominado mundo libre.

Dicho escenario, cargado de connotaciones de apariencia y teatro, encubre y silencia la única y verdadera pretensión del gobierno, que no es otra que la solemne aprobación y entrada en vigor de la Nueva Constitución Política del Estado, un texto que será ratificado cueste lo que cueste, aunque esté en juego la propia vida de sus conciudadanos.

Cabría entonces preguntarse qué motivos y circunstancias han desembocado en ese estado generalizado de rechazo a la ley de leyes y a un Presidente que, antes de iniciar las conversaciones celebradas en Cochabamba -amparándose en una constitución que aún es un proyecto- ya había osado autoproclamarse candidato a la reelección.

¿Por qué tanta oposición? la respuesta resulta es aparentemente sencilla. Se trata de un contradictorio y abrupto texto a todas luces ilegal, cargado de tintes racistas, que fue aprobado con nocturnidad cuartelaria y una celeridad que justifica cualquier rechazo. Una Constitución que no se inspira en el necesario y sagrado principio de igualdad entre todos los ciudadanos, que materializa la ruptura de la organización territorial del Estado -constituyendo un embrollo caótico de comunidades- y que ni siquiera reconoce a Bolivia como la República que es desde su nacimiento como país independiente.

Una Ley de Leyes que de aprobarse, servirá de instrumento para prolongar el mandato de un Presidente racista y sectario, entregado en cuerpo y alma a la laboriosa tarea de manipular los datos del censo electoral con la finalidad de garantizar próximas victorias en las urnas…..si es que quedan urnas para celebrar alguna elección.

¿Alguna sorpresa? nada ha cambiado y la estrategia ha sido casi perfecta. En los últimos días parece que el régimen masista ha sacado partido de la confusión reinante, experimentando un lavado de imagen a costa del sesgado, ficticio e inútil dialogo mantenido con los representantes opositores al tiempo que, con la inestimable colaboración militar de Venezuela, practicaba un burdo y calculado terrorismo de Estado contra los defensores de la autonomía regional y los valores democráticos.

Para lo que ha servido realmente la trampa negociadora es para acrecentar las asimetrías existentes entre dos pensamientos irreconciliables, para fomentar el odio generando más incertidumbre si cabe y, como no, para preparar concienzudamente a los sectores sociales aglutinados en la oficialista Coordinadora Nacional por el Cambio (CONALCAM), en su nueva tarea de cerco y toma violenta del Congreso.

Todo ha sido concienzudamente preparado para dar el siguiente paso revolucionario. Los prefectos de la Media Luna -Santa cruz, Tarija, Beni y Pando, actualmente encarcelado en La Paz-, que ni entienden ni aceptan los antidemocráticos postulados del gobierno, tendrán que plegarse a los designios marcados por el Presidente Morales y su maestro de ceremonias D. Hugo Chávez Frías…. de no ser así el fantasma del conflicto civil volverá a planear sobre las cabezas de todos los bolivianos. Eso es lo que dice la hoja de ruta del Movimiento al Socialismo.

Y lo más vergonzante, la gravísima situación a la que ha llegado el país andino no solo ha sido sustentada por la violenta irracionalidad de los grupos adeptos a la causa, sino que además ha recibido el inexplicable, oscurantista y vacilante apoyo de los mandatarios de UNASUR, y de la OEA, bajo la atenta mirada de los observadores enviados por la Unión Europea. Todos son cómplices del destino de Bolivia, obligados espectadores de la ruinosa radicalización del conflicto y futuros testigos de su posible regionalización.

Una cosa parece evidente… Bolivia no cambia, Evo no cumple.
Fuente

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