jueves, 14 de agosto de 2008

Bolivia ¡Ahora sí!... Un País, dos Sistemas

Occidente tiene todo el derecho del mundo de querer vivir según su cosmovisión. Pero el Oriente también lo tiene. La imposición de uno sobre otro no es posible, no es democrático, ni tolerable.

La geografía electoral reflejada en el mapa boliviano, por el ilegal Referéndum Revocatorio del 10/08/2008, mostró una vez más la diferencia de cosmovisiones de Oriente y Occidente. Por enésima vez la historia se vuelve a repetir. Oriente de un lado y Occidente del otro. Con excepción de los enclaves étnicos, frutos del execrable colonialismo interno. “Y seguirá siendo así en el futuro, por que fue así en el pasado”.

Por que la incompatibilidad de Oriente y Occidente no es nueva, fue de siempre.

Durante el periodo Precolombino los habitantes de las tierras bajas y de tierras altas vivían como perros y gatos, en la línea fronteriza del Tawantinsuyo. Los conflictos entre ellos eran constantes. La guerra era la norma, la paz era la excepción.

Durante el periodo colonial ambos tuvieron un enemigo en común, que los mantuvo ocupados entre el mestizaje y la guerra por la independencia. La incorporación genética y cultural española no amaino para nada las diferencias. Los Andes del Inca continuaron siendo Andes y los llanos de Grigota continuaron siendo llanos. La etnias americanas, los mestizos y los españoles, que formaron la nueva América, se asimilaron a esa realidad histórica.

Llegado el periodo republicano nos volvimos a encontrar frente a frente. En 1825, en una decisión que no acabo de entender, decidimos que el agua y el aceite se podían juntar. Todos esperanzados apostamos a la construcción de una patria en común. Hasta 1954 vivimos de espaldas el uno del otro. Sin vinculación caminera alguna. El Plan Bohan Norteamericano mostró a la miope oligarquía de occidente, lo que no fue capaz de ver en casi siglo y medio.

Y entonces nos volvimos a encontrar nuevamente. Desde entonces Santa Cruz comenzó a participar de forma creciente en construcción de Bolivia. De pronto apareció otro actor con “personalidad propia” en la vida nacional. De pronto el hermano menor llega a la mayoría de edad y comienza a tomar las riendas de la economía primero y posteriormente incursiona en la política. Aquí volvieron a aflorar los añejos problemas de cosmovisión Oriente-Occidente. Expresada hoy como Las Autonomías Departamentales de La Media Luna y el Indigenismo Centralista de Morales.

Ante esta realidad incuestionable planteo la necesidad de buscar una solución civilizada y de fondo, que puede resolver este diferendo histórico. Es necesario construir un país verdadero sin opresores y ni oprimidos. Un país sustentable que deje de ser el país tranca que hoy Bolivia es para el continente. Sobre las cenizas de este fracasado país, puede surgir una patria digna del Tercer Milenio.

En mi forma de ver solo existen dos soluciones: 1) Definir la continuidad o no de Bolivia, vía referéndum o 2) Crear un país dos sistemas.

Occidente tiene todo el derecho del mundo de querer vivir según su cosmovisión. Pero el Oriente también lo tiene. La imposición de uno sobre otro no es posible, no es democrático, ni tolerable y tarde o temprano llevará a la destrucción nacional.

Los líderes tienen la palabra.
Por Jimmy Ortiz Saucedo
Fuente: elmorrocotudo.cl
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