En Venezuela, la popularidad de Chávez ha caído.
A juzgar por algunos titulares, uno podría concluir que la ola de populismo autoritario liderada por el presidente Hugo Chávez sigue ganando terreno en Latinoamérica. Sin embargo, puede que la tendencia sea exactamente la opuesta.
Antes de examinar por qué podríamos ver una tendencia contraria al modelo narcisista-leninista de Chávez, veamos las noticias que sugieren un avance del autoritarismo radical a expensas de la democracia y el Estado de Derecho.
– En Venezuela, tras perder el año pasado un referéndum que le hubiera permitido eternizarse en el poder, Chávez prohibe que los mejores candidatos de la oposición se presenten en las elecciones de noviembre de gobernadores y alcaldes.
La oficina del contralor, afín a Chávez, dictó la “inhabilitación” de 272 políticos (incluyendo a Leopoldo López, de 37 años, el candidato opositor a la alcaldía de Caracas y uno de los políticos más carismáticos del país). El gobierno alega que López y el resto de los “inhabilitados” no pueden presentarse legalmente porque enfrentan demandas, en muchos casos presentadas por alguno de los seguidores de Chávez.
El argumento del Gobierno es una farsa, porque la ley dice que sólo se puede prohibir la candidatura de quienes tengan una sentencia firme de culpabilidad. No es el caso de López, ni el de otros muchos.
– En Bolivia, donde el presidente Evo Morales celebrará el 10 de agosto un referéndum destinado a consolidar su poder, el Presidente admitió que se cree por encima de la ley.
El 28 de julio, Morales dijo –parece increíble, pero lo pueden ver en www.youtube.com– que: “Cuando algún jurista me dice: –Evo, te estás equivocando jurídicamente; eso que estás haciendo es ilegal–, bueno, yo le meto por más que sea ilegal. Después les digo a los abogados: “Si es ilegal, legalicen ustedes. ¿Para qué han estudiado?”. Morales agregó que deberían pensar que por encima de lo jurídico está lo político.
– En Ecuador, el presidente Rafael Correa celebrará un referéndum constitucional el 28 de septiembre que, de hecho, le permitirá asumir poderes casi absolutos.
Correa, siguiendo el guión de Chávez, promete crear “un nuevo país”. La Constitución que propone le permitirá permanecer en el poder hasta 2017, disolver el Congreso y tomar a su cargo las funciones del Banco Central.
– En Honduras, el presidente Manuel Zelaya anunció la semana pasada que su país se ha convertido en “miembro pleno” del bloque de la Alternativa Bolivariana de los Pueblos (Alba) liderada por Chávez.
– En El Salvador, el candidato izquierdista, Mauricio Funes, encabeza las encuestas para las elecciones de 2009.
Mi opinión: la lista podría ser aún más larga (algunos ya incluyen a Paraguay en la columna de Chávez). Pero, por otra parte, el modelo de Chávez está sufriendo golpes internos y externos por todos lados.
En Venezuela, la popularidad de Chávez ha caído. Los venezolanos padecen de 30 por ciento de inflación, corrupción masiva, nepotismo (dos docenas de parientes de Chávez ocupan cargos en el Gobierno), y cada vez más gente reacciona contra un Presidente que está dilapidando la mayor bonanza petrolera de la historia reciente para regalar dinero del país en el exterior. En Bolivia y, en menor grado, en Ecuador, las fuerzas de oposición están resistiendo cada vez más los esfuerzos de sus respectivos mandatarios.
En Argentina, el Gobierno populista de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner perdió su aura de invencibilidad cuando el Congreso –encabezado por el propio Vicepresidente de la Nación– rechazó una ley clave del Gobierno destinada a aumentar los impuestos a las exportaciones de soja.
En Chile, el candidato de derecha Sebastián Piñera encabeza las encuestas para las próximas elecciones. En Colombia, el presidente de centroderecha Álvaro Uribe, o uno de sus ministros, probablemente gane con facilidad las próximas elecciones. En Brasil, lo más probable es que el próximo presidente sea aún más querido en Wall Street que el actual. Los países más grandes, como Brasil y México, son cada vez más pragmáticos y globalizados, y podrían acercarse más a Estados Unidos una vez que el impopular presidente George W. Bush desaparezca de la escena política.
Ya mismo, el bloque pragmático-democrático latinoamericano –encabezado por Brasil, México, Colombia, Perú y Chile– suma más del 80 por ciento del producto bruto y más del 90 por ciento de la inversión extranjera en la región. No me sorprendería que, tras diez años de avance del populismo autoritario, el péndulo empiece a desplazarse hacia el centro democrático.
Por: Andrés Oppenheimer
Fuente: elperiodico.com.gt
Ver nota:
¿Cambio de rumbo en América Latina?
Chapare, un reino de sangre y cocaina
Hace 2 días
No hay comentarios:
Publicar un comentario