sábado, 16 de agosto de 2008

Gobierno demuestra su incapacidad de diálogo

Violenta represión a los discapacitados

Los hechos: Un año atrás el gobierno prometió un bono de 3.000 bolivianos a los discapacitados de todo el país. Cansados de esperar por la promesa incumplida los discapacitados iniciaron hace 3 semanas, una serie de manifestaciones en las principales ciudades de Bolivia. Marcharon por las calles, se enterraron y fueron reprimidos por las "fuerzas del orden" usando incluso gases lacrimógenos. La primera represión seria sucedió en la La Paz. El gobierno ignoró estos reclamos y no manifestó ninguna intención de solucionar la situación creada por un ministro. (ver nota 1) (ver nota 2) (ver nota 3)

En los últimos días, los discapacitados de Santa Cruz tomaron parte de las oficinas de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos. Esta toma fue pacífica, como es de imaginar tratándose de personas a las que les faltan piernas o brazos. Personeros de YPFB permitieron esta toma sin ninguna resistencia. A las 4 de la madrugada del viernes 15 de agosto un grupo de más de 100 efectivos policiales los desalojó a la fuerza mientras estaban durmiendo, con la excusa de proteger ciertos documentos que se encontraban en las oficinas tomadas. La acción fue violenta y los discapacitados fueron despojados de sus pertenencias. Los efectivos se llevaron sus celulares, ropas, alimentos, algunas sillas de ruedas y muletas. Los afectados denunciaron que las mujeres del grupo, discapacitadas y familiares que los acompañaban, fueron objeto de abusos y manoseos. Esto provocó la ira de los discapacitados.

En la mañana del mismo viernes los discapacitados, acompañados por familiares y un abogado, acudieron al Comando de Policía para exigir la devolución de sus pertenencias y denunciar los atropellos sufridos. Expresaron su intención de entrevistarse con el comandante. Pero esta visita fue impedida por un cordón policial instalado a unas 2 cuadras del Comando. El grupo de uniformados se desplegó de acera a acera en una avenida de 8 carriles, con escudos, gas pimienta y otros elementos disuasivos. Fue en este punto donde comenzaron los forcejeos entre efectivos y discapacitados. Aquí fueron reprimidos con violencia impidiendo su circulación. Se lanzaron gases lacrimógenos. Esto provocó una mayor furia de los discapacitados que una moto policial.

Finalmente rompieron el cerco policial y de a pocos recorrieron las 2 cuadras que los separaban del comando de policía. Al llegar a la entrada fueron nuevamente reprimidos con violencia y gases (hay más de 20 heridos internados). Esto ocurrió pasado el mediodía, por lo que los noticieros televisivos de Santa Cruz cortaron su programación para transmitir en vivo los acontecimientos. El pueblo cruceño pudo así ver lo que estaba sucediendo y reaccionó indignado ante la desmedida violencia ejercida contra los discapacitados. Poco a poco fue acudiendo gente de todos los puntos de la ciudad en su defensa. También acudieron varios diputados nacionales y personalidades cívicas para intentar mediar en la situación. Fue así como el grupo inicial de menos de 100 personas, entre discapacitados y familiares, creció. Y aumentaron los forcejeos que continuaron durante toda la tarde.

Finalmente se presentaron en el comando el gobernador Rubén Costas y el presidente del Comité Cívico Branko Marinkovic, quienes se entrevistaron con el comandante. En esa reunión la policía se comprometió a devolver celuares y otras pertenencias de los discapacitados. Así se logró una relativa pacificación del ambiente. Sin embargo enfrentamientos esporádicos continuaron durante la noche, momento en el cual el Comandante de Policía acudió a una reunión en el comité cívico cruceño (distante a unas pocas cuadras). A su salida, y a una cuadra de llegar al Comando fue agredido por un grupo de jóvenes, agresión que fue detenida por personeros del comité.

Tal vez el gobierno nunca debió haber hecho esa promesa, menos si no tenía la intención de cumplirla. Pero una vez hecha, y ante los reclamos de los discapacitados, el gobierno debió darle una solución a la situación. Una solución pacífica. Un gobierno que se jacta de "sensibilidad social" no puede actuar violentamente contra personas de escasos recursos que además son discapacitados, por lo que no pueden ni defenderse ni huir de gases lacrimógenos. Con estos hechos el gobierno da pruebas de su incapacidad de diálogo, de su gran capacidad para enredar las cosas generando conflictos, y de que su solución a los problemas es la violencia aún cuando se trate de las personas más desvalidas de la sociedad. Alguien dijo en la batalla: "si así tratan a los discapacitados, cómo tratarán a los demás".

Hay diversas interpretaciones a lo sucedido. El gobierno dice que los discapacitados son manipulados por la derecha, palabra que hoy en día el gobierno usa para describir a cualquiera que sea opositor. Sin embargo es evidente que esto no es más que una jugada para desatar la violencia en Santa Cruz. Al final, quien primero actuó con violencia fueron las fuerzas represivas del gobierno desalojando y posteriormente reprimiendo a los discapacitados, hecho que motivó una reacción (calculada por el gobierno) del pueblo cruceño que acudió a defender a los discapacitados.

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