martes, 12 de agosto de 2008

Latinoamérica sigue ciega

Los bolivianos no quieren avanzar. Es la explicación más válida para entender la forma en que ejercen su derecho al voto. Su país está estancado desde hace tres años (en realidad, hace muchos más). No se han llevado a cabo las medidas y proyectos previstos porque los responsables del gobierno se ponen de acuerdo en nada. No han mejorado los problemas económicos, sociales ni territoriales. Y la población sigue siendo pobre. Pero a pesar de todo Bolivia ha ratificado a Evo Morales en el referendo sobre mandatos, celebrado este fin de semana. De hecho, el indígena convertido a presidente ha conseguido un apoyo mayor que cuando ganó las elecciones en 2005. El pueblo, que es soberano, así lo ha decidido. Qué cosas pasan en Latinoamérica…

En el mundo occidental nos sorprendimos cuando Hugo Chávez accedió a la presidencia de Venezuela y luego reeditó su victoria (dejaremos el asunto de la manipulación electoral para otra ocasión). También cuando en noviembre de 2006 Rafael Correa se imponía en los comicios de Ecuador, afianzando el giro a la izquierda de la región. Y especialmente cuando hace un año el sandinista Daniel Ortega volvía al poder en Nicaragua, después de haber arruinado ya al país desde el sillón presidencial. Es como si muchos de nuestros amigos hispanoparlantes se vendaran los ojos antes de acudir a las urnas.

Ahora Bolivia ha ratificado la teoría de la ceguera latinoamericana, al optar por continuar en la ruta de las nacionalizaciones y oponerse al proceso autonómico que tantas ventajas podría tener para el desarrollo social y económico de su país. Con el renovado respaldo popular, Evo Morales intentará seguir con lo que él llama la “refundación” de Bolivia, partiendo de la aprobación de la nueva Constitución Política como eje principal. Lamentablemente, los p roblemas de Bolivia son más profundos que un texto constitucional. Sobre todo en cuanto al reparto de las tierras, la inclusión social y la distribución de la riqueza. Con este resultado electoral, los bolivianos dejan la solución de los auténticos problemas para más adelante. Otra vez.

El informe “La Democracia en América Latina”, presentado en 2004 por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo concluía que un 54 por ciento de la población de toda esa región prefería las dictaduras a la democracia como instrumento para solucionar las dificultades económicas de sus países. Teniendo en cuenta los resultados que cosechan al votar, no es de extrañar. Mientras tanto, los ciudadanos que votan con ojos abiertos siguen sufriendo las consecuencias de la ceguera de los demás.

Fuente: estrelladigital.es
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