lunes, 11 de agosto de 2008

Más fuertes, pero empatados otra vez

Llamó particularmente la atención el cuidadoso y cauto discurso del presidente Evo Morales, que lejos del usual estilo amenazador y confrontador de sus intervenciones, anoche se mostró respetuoso de los prefectos ratificados.

Los resultados del referéndum revocatorio de ayer no han sorprendido a nadie: ha sido ratificado el presidente de la República, Evo Morales, con un porcentaje alto, de 63 por ciento, según el conteo rápido de votos de la empresa Ipsos Apoyo, pero también han sido ratificados los prefectos de la denominada media luna, con porcentajes igualmente altos, superiores a los que obtuvieron en las elecciones del 2005.

También como era previsible, han sido revocados los prefectos José Luis Paredes de La Paz, Manfred Reyes Villa de Cochabamba y el masista Alberto Aguilar de Oruro.

Es posible que la mayor atención de los resultados estuviera concentrada en dos actores: el Presidente y el bloque de la media luna. Si es así, la primera constatación de esa mirada es que ambos no sólo ganaron, sino que se fortalecieron.

Dicho de otra forma, si estaban empatados 1-1, ahora han vuelto a empatar, pero con otra cantidad de goles, 3-3, por seguir con la comparación. ¿Qué uso le darán esos actores a sus victorias? Esa es la cuestión que definirá el futuro inmediato de la tensa relación Gobierno central-regiones autonómicas.

Afortunadamente para el país, no ha ocurrido ayer lo que más se temía: que se diera una victoria abrumadora de unos sobre otros, lo cual hubiera terminado seguramente por hacer crecer los ímpetus del gran vencedor para asumir posiciones más radicalizadas, a manera de exhibición de fuerza y de lucir el trofeo ganado.

Tampoco se han dado enfrentamientos, lo cual habla otra vez bien del pueblo boliviano, que podrá estar muy dividido —porque lo está—, pero en el momento de los ejercicios democráticos actúa pacífica y respetuosamente. Esto no debe, sin embargo, hacer perder de vista que en las áreas rurales de algunos departamentos aún se impone el control social, la amenaza y la inducción manipulada del voto, que seguramente no merecerán la atención de observadores ni de actores nacionales.

En los discursos de los ganadores de ayer, con excepción del prefecto Rubén Costas, se advirtió un tono moderado, conciliador, que parecen augurar un mejor entendimiento entre el Gobierno y las prefecturas opositoras.

Llamó particularmente la atención el cuidadoso y cauto discurso del presidente Evo Morales, que lejos del usual estilo amenazador y confrontador de sus intervenciones, anoche se mostró respetuoso de los prefectos ratificados, y anunció que el voto ciudadano debe ser entendido como un mandato para compatibilizar la Constitución masista y los estatutos autonómicos. Morales manejó sin soberbia su contundente victoria ratificatoria, y eso habla muy bien de él, por lo menos en este caso.

Y aunque también es muy posible que las buenas señales que anoche dieron los líderes vencedores se desvanezcan muy pronto, lo deseable es que de una vez por todas entiendan que en las urnas o lejos de ellas, la voluntad de la sociedad boliviana desde la diversidad que la identifica, continúa demandando de ellos lo mismo que desde hace varios meses: diálogo auténtico para promover el entendimiento de los bolivianos y no el sometimiento de unos contra otros. ¿Habrán comprendido eso el Presidente y los prefectos?

Fuente: la-razon.com
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