lunes, 4 de agosto de 2008

Por qué votar por el NO

"El acto de concurrir a la urna para emitir el voto debería ser una fiesta para el ciudadano, porque con él se ejerce el derecho a escoger lo que es conveniente para la vida en comunidad seleccionando a los mejores servidores públicos; por tanto, es parte del gozo personal del ciudadano. El referéndum es otra forma de hacer participar al individuo en la actividad pública consultándole sobre asuntos que por tener que ver con el quehacer del Estado tienen identificación política y, no por ello, ser instrumento para la bellaquería de quienes desean perpetuarse en el poder.

La democracia ha avanzado modernamente posibilitando el uso de la consulta popular para determinar el grado de eficiencia con que los gobernantes cumplen su mandato y, de ese modo, en unos casos, puedan recibir confianza y, en otros, censura, que se conoce con el nombre de referéndum revocatorio, que es el que se pretende realizar el día 10 de este mes en nuestro país, empero, sin respetar elementales principios de corrección y de equidad, con mayor razón si los de orden legal –como ha manifestado expresamente, en público, el Presidente de la República– no cuentan en este gobierno, que a título de “revolucionario” ha avasallado con todas las instituciones jurídicas de la Nación, sin embargo de que, contradictoriamente, se llena la boca con las palabras “democracia “, “ley” y “constitución”. Este sólo hecho justifica el voto por el NO, cuando se trate de aprobar el accionar presidencial.

Pero, hay más: el referéndum revocatorio, para ser tal, debe originarse en la misma ciudadanía afectada con los actos de la autoridad. En este caso fue el Presidente y nadie más que él quien decidió hacer convocar a referéndum revocatorio para Presidente y Vicepresidente y prefectos, atribuyéndose así un mandato que nadie le dio, y lo hizo con el único fin de hacerse ratificar en el cargo, en un momento en que la opinión nacional e internacional se vuelca contra los actos de su gobierno, y deshacerse de los prefectos que los considera sus opositores, seguro, además, de su triunfo debido a la manipulación que hizo de todo el aparato estatal para el montaje del fraude que debe dar la apariencia de apoyo popular, que no lo tiene, ni siquiera en el campo, para lo que él mismo estableció las reglas de ese juego sucio del bajo porcentaje de votos necesarios para que se apruebe sus actos, a diferencia de los prefectos, a los que también los metió a su olla, para cuya aprobación hizo fijar porcentajes mucho más elevados, difíciles de alcanzarlos en muchos casos.

¿Quién le pidió al señor Morales referéndum revocatorio para juzgar su gobierno?, nadie. ¿Quién le pidió el mismo referendo para juzgar los actos de los prefectos?, nadie. Y, sin embargo, le mintió y miente al pueblo y, cínicamente, le dice que el pueblo le pidió, siendo así que aún los grupos pagados por Evo Morales se pronunciaron solamente después de que la convocatoria se hallaba oleada y sacramentada. Estos hechos también justifican el NO a la aprobación de los actos gubernamentales..."
Fuente: lostiempos.com
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