sábado, 9 de agosto de 2008

Advierten que persistirá crisis boliviana tras referendo

La crisis política en Bolivia se mantendrá cualquiera que sea el resultado del referendo del domingo, debido a que persistirá la confrontación entre modelos de desarrollo "irreconciliables", opinó el líder social boliviano Angel Sandoval.

En entrevista vía telefónica con Notimex, el portavoz del Movimiento Nación Camba dijo este viernes que "sea el resultado que sea, los dos modelos que se viven en Bolivia seguirán irreconciliables: el socialismo de Evo (Morales) o el regionalismo de los prefectos".

Desde Santa Cruz, la región más rica de Bolivia y principal bastión de la oposición a Morales, el dirigente social advirtió que el mandatario "ha perdido terreno y demuestra incapacidad para gobernar, respetar, concertar y llegar a acuerdos coherentes y democráticos".

Bajo ese escenario, "sólo queda que se respete el derecho democrático del pueblo de decidir sobre su futuro y Evo Morales debe entenderlo", añadió Sandoval.

Los bolivianos acudirán el próximo domingo a las urnas para votar por la continuidad o salida de Morales del poder, así como la permanencia en sus cargos del vicepresidente Alvaro García Linera y de ocho de los nueve prefectos (gobernadores) del país.

La ley de la consulta estableció que para que las autoridades pierdan su investidura, la opción "No" (a favor de la revocación de los mandatos) deberá superar la votación total con que ganaron los comicios del 2005, así como el porcentaje.

Morales y García Linera ganaron las elecciones de 2005 con un millón 544 mil 374 votos, cifra equivalente al 53.74 por ciento de los sufragios válidos, por lo cual sólo deberán dejar sus cargos en caso que el apoyo que reciban en el referendo sea menor a esa cifra.

Sandoval indicó que "la reinstalación de la democracia en Bolivia era una posibilidad real para que el pueblo, ejerciendo el derecho al voto, pueda transformar el Estado. Sin embargo, en la práctica ha quedado demostrado que el actual sistema está mutilado".

Recordó que a juicio de la oposición boliviana, la última reforma constitucional realizada en 2007 "no ha sido suficiente y constituye un vergonzoso retroceso que ha reforzado la dependencia interna y externa, el burocratismo y el colonialismo de Estado".

El modelo político, económico e institucional impuesto al país ha "agigantado los desequilibrios regionales, la desigualdad, la corrupción y la marginalidad social", aseveró.

Ante esta realidad, abundó Sandoval, desde Santa Cruz se levantó la voz para proponer al país la constitución de un nuevo pacto republicano basado en las autonomías regionales, trazándose un camino que "tiene demasiadas piedras y riscos".

Tras la aprobación este año del estatuto autonómico en Santa Cruz, la provincia más rica de Bolivia, siguieron su ejemplo otros departamentos, como Beni, Pando y Tarija, lo que hizo sonar las alertas en el gobierno ante una eventual fragmentación del país.

Morales, de hecho, nunca reconoció la validez de los referendos autonómicos realizados en esas regiones y propició en cambio la realización de un referendo revocatorio para someter su cargo y el de los prefectos a la voluntad popular.

Esa especie de "harakiri" político, vía referendo, tiene para el mandatario boliviano un solo fin: demostrar si en esta medición de fuerzas los prefectos tienen realmente representación social.

Sandoval consideró que la tensa situación política del país es reflejo de "una crisis de consenso en la sociedad boliviana acerca del modelo de organización de Estado que quiere darse".

Mientras una parte de los bolivianos reclama un modelo autonómico, que implica independencia administrativa de las prefecturas respecto al gobierno central, la otra se aferra al modelo centralizado que ha prevalecido desde 1825, apuntó.

El analista boliviano José Antonio de Chazal, dijo por su parte que el presidente Morales "debe abrirse al diálogo y alejarse un poco del discurso confrontacional basado en el socialismo marxista y el indigenismo", un proyecto que rechazan varias regiones.

En Bolivia existe una guerra política entre los "Cambas", como se denominan a los habitantes del oriente tropical, y los "Collas", del occidente árido y minero.

La oposición cívica ha ganado las calles acusando al gobierno de un "autoritarismo" rampante y han llamado a la desobediencia civil, mientras en el otro extremo, el Ejecutivo ha ignorado las reivindicaciones sociales y regionales.

Aunque para muchos esta es una lucha entre el occidente indígena y arcaico y un oriente pujante, dominante y "egocéntrico", lo real es que el referendo difícilmente resolverá las tensiones en Bolivia, en concepto de analistas.

Los "tambores de guerra" podrían amainar sus sonidos en Bolivia sólo si, por una parte, se frena el movimiento de secesión regional y, por otra, se deja de lado la pretensión de derrotar al "indio" que quiere "refundar" el país, vía nacionalización de sus riquezas.

Fuente: gentedeminnesota.com
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