viernes, 8 de agosto de 2008

Consulta no resuelve polarización

Los bolivianos irán a las urnas el domingo para decidir en referendo la continuidad del gobierno de izquierda del presidente Evo Morales y ocho de los gobernadores regionales electos, algunos de los cuales son sus enemigos más acérrimos.

Pero el referendo revocatorio ya está envuelto en una confusión sobre qué porcentaje de los votos serán necesarios para que los gobernadores continúen en el cargo, lo que podría significar que el resultado sea impugnado.

También hay dudas considerables sobre si el referendo ayudará a reducir la aguda polarización social y geográfica de Bolivia y permitir mayor gobernabilidad.

El pasado mes de mayo el presidente Morales accedió someterse a la consulta popular en parte por creer que podría aprovecharla para retomar el apoyo político y utilizarlo contra sus opositores en los departamentos orientales, ricos en gas.

En los últimos tres meses, la oposición ha tomado la delantera. En los departamentos o prefecturas de la llamada Media Luna, Santa Cruz, Beni, Trinidad y Tarija, una significativa mayoría votó a favor de mayor autonomía del gobierno central en una amplia gama de aspectos. El gobierno tildó esas consultas de ilegales y acusó a los gobernadores departamentales de derecha de intentar desmembrar el país.

Reglas complicadas

Las reglas de la votación del domingo son complicadas y siguen siendo cuestionadas:

- El presidente Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera serán removidos de sus cargos si más de 53.7% de los votantes apoyan la revocación de sus mandatos - esa fue la ventaja con la que ganaron las elecciones de 2005.

- Después de un acuerdo logrado el 31 de julio entre el Consejo Nacional Electoral (CNE) y la mayoría de los tribunales departamentales, se decidió que los gobernadores regionales (llamados localmente prefectos) perderían sus cargos si más del 50% vota en su contra.

- Antes del acuerdo de julio, los gobernadores tenían que obtener igual número de votos de los que los eligieron en 2005 más uno para asegurar la continuidad. El nuevo acuerdo, en efecto, redujo el obstáculo para su aprobación y hace más probable que la mayoría sobreviva.

- A pesar del acuerdo del 31 de julio, los resultados aún podrían ser cuestionados. Morales dijo no estar seguro de que el CNE tiene potestad para cambiar el reglamento; el gobernador regional de Cochabamba, Manfredo Reyes, rehusó aceptar la base constitucional para el referendo; y dos de los nueve tribunales departamentales (Santa Cruz y Oruro) no se adhirieron al acuerdo.

La raíz del conflicto es el deseo del presidente Morales de aprobar una nueva Constitución. Esto le daría mayor participación a los departamentos más pobres de occidente de la riqueza gasífera de Bolivia, distribuir más tierras entre la mayoría indígena del país y permitir a Morales buscar la reelección.

Los departamentos orientales, encabezados por Santa Cruz, se oponen enérgicamente a estos cambios.

Posible escenario

Un muy escenario posible es que tanto el presidente Morales como la mayoría de los gobernadores opositores sean reconfirmados en sus cargos. Morales y su partido, el Movimiento Al Socialismo, siguen siendo populares entre la mayoría pobre.

El gobierno ha utilizado el aumento de ingresos provenientes del gas para impulsar el gasto público hacia pensiones más altas, alzas en los salarios mínimos y un plan de intercambio mediante el cual se otorga alimentación escolar gratis y se paga en efectivo a las madres que aseguran la asistencia de sus hijos a las escuelas.

Sin embargo, es probable que la mayoría de los gobernadores regionales como Rubén Costas de Santa Cruz también sea reconfirmado en su cargo. Los sondeos de opinión indican que al gobierno le va bien en las provincias occidentales, andinas, pero los gobernadores también están firmes en los departamentos de oriente.

Muchos observadores en Bolivia dudan seriamente que los referendos revocatorios del domingo saquen al país de la polarización política. Si Morales logra muchos más votos que los que recibió en 2005, se sentirá animado a impulsar otro referendo - esta vez el de la nueva Constitución.

Pero los líderes opositores también reivindicarán que tienen mandato para oponerse si son confirmados en sus cargos y podrían endurecer su intransigencia.

Concesiones necesarias

¿Hay alguna salida de este estancamiento? Dos recientes informes por centros de investigación indican que la concesión de ambas partes es el único camino hacia adelante.

El Grupo de Crisis Internacional argumentó en una sesión informativa que era "esencial alejarse de 'referendos rivales' dirigidos a subyugar a la otra parte". En cambio, dijeron que se necesitaba lograr un consenso básico sobre varios temas:

- El equilibrio entre las autonomías departamentales y la autonomías indígenas en la nueva Constitución.

- La distribución de los ingresos del gas.

- El estatus de la ciudad de Sucre como capital constitucional (pero no la sede de gobierno).

Igualmente, un estudio publicado en julio por Diálogo Interamericano de Washington, titulado muy a propósito "El largo y tortuoso camino boliviano", llegó a conclusiones parecidas sobre la necesidad de un consenso. Sugiere que el primer paso debería ser un acuerdo para designar imparcialmente los miembros de la Asamblea Constitucional y el Tribunal Nacional Electoral.

Advirtió que ninguna de las partes podrá imponer con éxito su visión política sobre la otra y subrayó que la necesidad de tener una mentalidad para "acordar estar en desacuerdo" era más urgente que nunca.
James Painter
Analista, BBC Mundo


Fuente: BBCMundo
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