sábado, 9 de agosto de 2008

La pregunta del millón: ¿Qué pasará en Bolivia después del revocatorio?

"La pregunta del millón" que todos se hacen en Bolivia es qué pasará después del revocatorio, a pocas horas del referendo sobre los mandatos del presidente Evo Morales y los prefectos (gobernadores) regionales, en un ambiente dominado por la duda.

Nadie tiene certezas sobre el efecto que tendrá este plebiscito en la ya complicada crisis política boliviana, marcada por la creciente polarización entre el proyecto constitucionalista de Evo Morales y el plan autonomista que han emprendido sus opositores regionales al margen de las autoridades nacionales.

Los más optimistas opinan que la consulta de mañana puede acabar con el "desempate" de dos modelos políticos en pugna, pero otros creen que el revocatorio dejará las cosas igual y los pesimistas auguran una radicalización de la crisis.

Los oficialistas están convencidos de que Morales saldrá ratificado con un apoyo superior al 53,7 por ciento que obtuvo en las elecciones de 2005 y que podría llegar incluso al 65 por ciento, según el Movimiento al Socialismo (MAS, el partido del presidente).

Pero además, el oficialismo espera que este referendo cambie el mapa político regional y que algunos prefectos opositores, entre los que señalan a los de Cochabamba, Pando y Tarija, sean revocados.

Sin embargo, expertos y analistas consultados por Efe creen que Morales se enfrenta a un escenario muy complicado, porque podría salir ratificado a nivel nacional pero perder en dos o tres regiones opositoras, donde su gobernabilidad quedaría cuestionada.

Según el analista Carlos Cordero, la eventual continuidad de varios prefectos opositores supondría un segundo impulso para el proceso autonómico emprendido por las regiones de la llamada "media luna", el territorio que integran los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija.

Cordero, como muchos otros analistas bolivianos, tiene una visión pesimista sobre la consulta revocatoria al considerar que "no resolverá nada", aunque a su juicio puede suponer un termómetro para conocer el apoyo con que cuentan tanto Morales como sus opositores regionales en el ecuador de sus mandatos.

En la norma aprobada en el Parlamento y promulgada después por Morales se establece que los gobernadores serán revocados si el voto en su contra supera el apoyo que obtuvieron en las últimas elecciones, que oscila entre el 38 por ciento que logró el de La Paz y el 48 por ciento que cosechó el de Pando.

Con una aplicación estricta de esta ley, el prefecto de La Paz, por ejemplo, podría ser revocado aunque obtenga un 62 por ciento de votos a favor.

A todo esto se suma la circunstancia de que los resultados oficiales no se conocerán hasta siete o diez días después de la consulta, con lo que se avecina una "guerra de cifras" en la próxima semana.

La imposibilidad de acuerdos entre el Gobierno y sus opositores, sumada a la debilidad institucional de Bolivia, ha dejado en manos de los ciudadanos una cuestionada salida a la crisis con este revocatorio del que muchos esperan que, al menos, las partes en conflicto extraigan algunas lecciones.

El principal llamamiento que hacen analistas, expertos y observadores internacionales es que, tras el 10 de agosto, se pueda abrir un escenario de diálogo en Bolivia que propicie la convivencia y el fortalecimiento de su democracia.

Fuente: 2001.com.ve
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