Según las encuestas a boca de urna, el presidente Evo Morales superó la cantidad de votos necesarios para ser ratificado en su cargo. Pero también consiguieron apoyo popular cinco de ocho prefectos regionales, la mayoría contrarios al mandatario.
En otras palabras, dos modelos de país siguen en pugna.
Por un lado, Morales intenta darles un mayor protagonismo a indígenas y campesinos -históricamente marginados- e impulsa la nacionalización de los recursos naturales y la redistribución de la tierra, todas metas consagradas en el nuevo proyecto de Constitución.
Por el otro, la llamada "Media Luna", conformada por los departamentos orientales de Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando (donde los prefectos fueron confirmados), concentra el poder económico y promueve su autonomía.
En esta franja del país hay una fuerte resistencia al gobierno socialista y al pago de altos impuestos para subsidiar a la población predominantemente pobre e indígena del oeste.
Mientras Morales hizo un llamado a la unidad tras ser ratificado en el referendo -aunque insistió en sus reformas-, la oposición se mostró desafiante y dijo que continuará rechazando las políticas del presidente.
"Tenemos liderazgos muy radicales con una cultura política que no incluye el diálogo y la concertación. Su estrategia es de todo o nada", explica a BBC Mundo el politólogo boliviano Horst Groebe, de la consultora Prisma.
Mayor fractura
El desenlace del revocatorio dejó la puja política interna casi en el mismo lugar que antes.
Los analistas creen que, luego del referendo, podría acentuarse -y hasta volverse más compleja- la fractura política, económica y social que ya padece Bolivia.
Y esto sería contrario a las intenciones de Morales, quien ha considerado la votación como una forma de disipar la polarización en el país.
"Hay un empate, porque nadie venció sobre el otro. El voto revocatorio no ha hecho más que endurecer dos posiciones contrarias, lo que sin duda conducirá a un mayor grado de confrontación", dice a BBC Mundo el analista político Carlos Toranzo.
El equilibrio de fuerzas se ha mantenido a pesar de que el presidente obtuvo un fuerte respaldo popular, según datos preliminares. La razón es que el resultado aritmético del referendo, al ser un promedio, no refleja la separación entre las dos Bolivias.
Cada vez son más las ciudades a las que Morales no puede ir por el fuerte rechazo que tiene en ellas. Entonces, ¿de qué sirve que diga que cuenta con apoyo popular si hay lugares a los que no puede llegar como presidente de la República?"La distribución geográfica de los sufragios no modifica la situación de polarización. La fuerza de Morales continúa estando en el departamento de La Paz, que demográficamente pesa mucho, mientras que la oposición mantiene su vigor en la Media Luna", explica Groebe.
Horst Groebe, politólogo de la consultora Prisma
"Por lo tanto, el resultado del referendo se compone de una serie de apoyos y rechazos que hay que interpretar correctamente".
Y pone un ejemplo: "Cada vez son más las ciudades a las que Morales no puede ir por el fuerte rechazo que tiene en ellas. Entonces, ¿de qué sirve que diga que cuenta con apoyo popular si hay lugares a los que no puede llegar como presidente de la República?".
La semana pasada el enfrentamiento entre las dos Bolivias se radicalizó al extremo que el mandatario debió suspender varios viajes y actos de campaña.
¿Diálogo posible?
Toranzo va más allá y se plantea el problema en términos institucionales: "Me pregunto si a partir de ahora será más difícil la presencia del Estado en los departamentos que confirmaron a sus prefectos y no a Morales".
"Las regiones podrían decir: 'ése no es nuestro presidente, no lo admitimos como autoridad nacional, no negociamos con él'. Por eso, el referendo ha empeorado la situación en lugar de mejorarla".
En este escenario, los analistas coinciden en que el diálogo es la única solución para unir a los bolivianos, aunque lo ven como una posibilidad remota.
"Para que el país tenga cierta racionalidad, se requiere que Morales ceda ante las regiones opositoras y que las prefecturas enemigas del gobierno central atenúen sus reclamos. Pero no creo que esto ocurra en el futuro cercano", afirma Toranzo.
Para que el país tenga cierta racionalidad, se requiere que Morales ceda ante las regiones opositoras y que las prefecturas enemigas del gobierno central atenúen sus reclamos. Pero no creo que esto ocurra en el futuro cercano.Groebe coincide: "No hay ninguna perspectiva de normalización en un horizonte de pocos años. Creo que vamos a vivir muchos conflictos durante bastante tiempo".
Carlos Toranzo, analista político boliviano
Mientras tanto, la incertidumbre política está dañando la economía, cuyos problemas son -entre otros- la inflación, la ausencia de inversiones y la incapacidad de producir suficiente gas natural para cumplir convenios firmados con Argentina y Brasil.
"Si avanza este deterioro, quizás los bolivianos piensen dos veces antes de abrazar posiciones extremas, porque las dificultades ya no estarán en los símbolos sino en sus bolsillos", concluye Toranzo.
Fuente: BBCMundo
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Un empate con incertidumbre
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